sábado, 6 de agosto de 2016

TRAMPA EN LA VÍA Y DESATENCIÓN DEL GOBIERNO



Una noche desafortunada




Eran aproximadamente las 7 de la noche del día domingo 31 de julio, mi amigo Manuel de la Villa se desplazaba cálidamente con su esposa en su automóvil Chevrolet Aveo color rojo desde al municipio de Fuentedeoro hacia Granada en el Meta donde reside, viaje de retorno, después de haber disfrutado de una jornada de pesca en las riveras del Ariari, actividad que esporádicamente practica como hobby. El regreso era agradable, su inventario de peces no era mayor, habían lograda atrapar un pez Sierra de 8 libras, espécimen que se encuentra con bastante frecuencia en este río. Todo parecía normal hasta cuando escuchó un estruendo en su auto y este hizo un movimiento brusco, afortunadamente De la Villa no perdió su tranquilidad y permitió que el carro perdiera su impulso sin accionar bruscamente el pedal de freno como suele suceder es allí donde se provoca los volcamientos. Preocupado y desconcertado apuró descender y averiguar qué era lo que había sucedido, de inmediato se percató que su llanta delantera derecha había explotado, ubicó los elementos de advertencia como conos reflectivos y procedió a desmontar y cambiar la llanta; estaba en esta faena cunado sintió la explosión en un vehículo que se acercaba, otro automóvil de color negro en donde se transportaba una señora y su madre, por poco impactan su vehículo, las ocupantes habían corrido con la misma suerte, la llanta delantera derecha había explosionado. El hecho era desconcertante, al inspeccionar la vía para identificar que estaba ocasionando estos acontecimientos a los coches, se percataron de tremendo cráter en la capa asfáltica, huecos de considerable profundidad que provocan el daño a las llantas, a los rines y por consiguiente un enorme riesgo de accidentes.

Esta experiencia me permite expresar una vez más no solo nuestra preocupación por el lamentable estado del eje vial hacia Fuentedeoro, Puerto Lleras y Puerto Rico, lo ismo que hacia San Juan de Arama, sino el rechazo por el anuncio de nuevos peajes. Pagamos las tarifas más costosas del país, sufrimos la desatención el gobierno, producimos la comida y nuestros habitantes notificados de la intención de más impuestos, que falta de respeto, consideración y apoyo.

Reclamamos inversión y soluciones, vasta de promesas y pañitos de agua que desalientan a una región que le aporta al país, que aún sufre los rigores del conflicto.

A propósito quien responde por los daños de los autos, será que toca esperar accidentes con muertos para que realicen el mantenimiento. ¿Dónde está la dirigencia que se hace elegir al Congreso o las autoridades locales que no reclaman con vehemencia? Ahora solo es postconflicto y donde queda la población y la solución a sus necesidades?



Alexander López Castaño
Codirector oro Oro           

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