domingo, 12 de agosto de 2018

POR QUÉ LA CRISIS ECONÓMICA EN LAS REGIONES


Factores que inciden en que no se vea el denario  
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Bastante preocupación genera la realidad económica de regiones como el Ariari, por no decir la mayoría de Colombia. “La moneda no se ve” dice un comerciante en Granada Meta angustiado porque cada día se siente más las afujías económicas, el sector comercial, que tradicionalmente ha sostenido un porcentaje importante de mano de obra, hoy se lamenta más que nunca, los pequeños negocios (tiendas, mercados, supermercados de barrio) están cerrando y con ello, el aumento del desempleo.
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Varios factores están impactando negativamente la economía regional; por un lado, el sector agropecuario ha sufrido las durezas del clima, los precios de comercialización fueron negativos gran parte del año, muchos agricultores quedaron endeudados, aunque este es una realidad cíclica, cada año vivida, no obstante esta temporada se está sintiendo el rigor de la falta de circulante en mayor proporción, la capacidad adquisitiva es  paupérrima.

¿Que está sucediendo? 
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Los miles de venezolanos que a diario sobreviven en nuestras regiones, por lo menos unos 800 mil  en todo el territorio,  giran sus ganancias al vecino país, así sea 10 mil pesos diarios, recurso que en Venezuela son significativos, estarían representando unos 8 mil millones diarios, platica que se va sin retorno y cada día la presencia es mayor de los vecinos afligidos por la crisis.
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Otro fenómeno, son las nuevas plataforma de mercados que están llegando y que contribuyen a la quiebra de los establecimientos, por ejemplo Ara y Justo Bueno, altísimas sumas en ventas, muchos de los productos que comercializan  son importados, escasamente vinculan un número de personal reducido, pero no invierten absolutamente en la región, todo ese dinero que es mucho se va  a grandes cuentas transnacionales.
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Un nuevo factor que influye en las regiones está asociado a que se han disparado las comprar en las plataformas virtuales, el cálculo es incierto, pero diariamente son miles los pedidos que se hacen a través de las páginas de  mercadeo, plataformas que ni pagan impuestos y servicios, no generan mano de obra y se llevan el efectivo, de paso empujando a la crisis a los establecimientos tradicionales.
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Obviamente no hay que dejar por fuera el impacto que ha sufrido la canasta familiar con el incremento del IVA promovido por el gobierno anterior, el cual produjo el desánimo  en los consumidores,    asimismo los recursos del Estado en materia de inversión, no están impactando las economía, eso sí, los contratistas amigos del gobernante de turno se han enriquecido, además de no cumplir con las obras, los sobrecostos son extremadamente elevados, el 90 por ciento de los contratos se les hace adición presupuestal, he ahí el factor de desangre del recurso que debería contribuir a mejorar las economías locales, nos preguntamos ¿dónde están los recursos, en qué se están invirtiendo?.
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Aleatoriamente no existen estrategias gubernamentales que pudieran contrarrestar esta desaceleración, vale decir que se requiere una  verdadera sinergia entre el poder público y las iniciativas privadas para lograr estimular por ejemplo reglones como el turismo,   lo que se ha venido haciendo en esta área es muy parco, poco apoyo de los entes gubernamentales, es necesario rediseñar en coordinación con los actores de esta cadena estrategias que logren despuntar.
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También se requiere un grado de conciencia de los pequeños y medianos comerciantes para que entiendan que es necesario ponerse al día en cuanto a presentación del establecimiento, atención al cliente y calidad de productos y servicios, y entrar e la onda de las redes sociales, importante  ver en los medios regionales una oportunidad para posicionar marca, además de  resilientes, necesitamos  innovar.   
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Asimismo es válido recomendar ver las expresiones raizales, culturales, y folclóricas no solo como componente para la cohesión social, sino como una alternativa de empresa, regiones como el eje cafetero o la costa han aprendido a explotar sus potencialidades culturales; es oportuno encomendar  actualizar el calendario de eventos, pero con  resonancia nacional, claro ejemplo lo dio el Tornero Internacional del Joropo este año, que desbordó la capacidad hotelera de Villavicencio,  recordar que de nada sirven realizar eventos o comprometer recursos importantes en festivales, si no se logra una presencia de visitantes que estimulen las economías.  Esto es acoplar las metas locales con la estrategia del nuevo gobierno nacional, denominada Escomía Naranja, en otras palabras es lograr armonizar la cultura y el talento humano para que alcancen el estatus de industria.
  
   
Alexander López Castaño
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