Colombia
acudió a definir la suerte del plebiscito que aprobaría sí o no los acuerdos de
la Habana, una jornada marcada por un alto abstencionismo, sin embargo se
superó la meta del 13%, y de 34.899.975 ciudadanos aptos para sufragar se
contabilizaron 13.066.047 de electores, es decir un poco más del 18% acudieron
a las urnas. Al final fue un cabeza a cabeza y la diferencia fue estrecha.
Este
resultado es una clara lección de la ciudadanía al gobierno nacional y a los territoriales,
considerado además de un voto de rechazo a lo pactado con las Farc, un voto de castigo al mal gobierno. El inconformismo
por la exclusión y la falta de atención a los principales problemas de la
sociedad.
Que pasó en el departamento
del Meta?
Primero
hay que destacar el comportamiento de los electores porque 307.243 metenses cumplieron su sagrado
compromiso con la democracia regional, quienes acudieron con evidente civismo,
se impuso el buen comportamiento, un desempeño ejemplar. Segundo, reconocer a la
fuerza pública que garantizó la salvaguarda de todo el proceso y generó un
clima de orden. Tercero, reconocer y felicitar a los funcionarios de la
Registraduría Nacional de Estado Civil, porque se demostró transparencia, muchos
tenían temor y prevenciones por la manipulación de los resultados, salió gananciosa
esta entidad.
Lectura de resultados
Desde
la óptica territorial en el departamento del Meta, ganó el pulso con evidente contundencia los promotores
del NO, el Centro Democrático en cabeza de la senadora Nohora Tovar Rey ratifica que sin maquinaria es la fuerza
electoral de mayor aceptación, mostró su disciplina con una respuesta de las bases
muy alta. Perdió el exgobernador y director de la Unidad de Víctimas Alan Jara,
quien con incalculable base de datos a
su favor y los recursos de reparación no logró convencer ni siquiera a las
víctimas, perdió la gobernadora Marcela
Amaya y su equipo político que solo logró resultados favorables en 9 de 29 municipios, es decir perdió en 20, a
pesar de las promesas de oportunidades y los recursos que seguramente se
dispusieron, perdió estruendosamente el representante Angello Villamil, que no
logró demostrar un liderazgo propio, también
la representante Lucy Contento que no se vio por ningún lado, otra damnificada
fue la senadora Maritza Martínez a quien la vimos en la región motivando a sus
electores, perdieron los alcaldes que a pesar de sus manifestaciones, eventos y
promesas de beneficios a los ciudadanos si ganaba el plebiscito no conquistaron
su electorado, perdió los contratistas
que soñaban con las bondades presupuestales del postconflicto, perdieron varios
medios de comunicación que con una a marcada inclinación trataron de distraer a
la opinión pública y perdieron aquellos que se enfurecieron porque ganó el No.
Al
final triunfó un voto soberano, independiente, ganaron las razones de reclamo
de los diversos sectores de la sociedad que fueron excluidos en la deliberación
por el futuro social, económico, ambiental y político del país, y que nunca
estuvo de acuerdo con las concesiones a las Farc.
Lo
que viene…
No
hay mal que por bien no venga, los resultados del plebiscito permitirá sentar
con un mismo propósito a los sectores políticos distanciados del proceso como el caso del Centro Democrático en cabeza del senador Álvaro Uribe, quien dejó en claro, que su posición no es pretender acabar con el acuerdo, sino hacerlo participativo, justo, duradero y transparente para alcanzar responsablemente
un gran acuerdo nacional incluidas las Farc,
seguramente desleír la polarización. Ahora
las Farc deberán demostrar si tienen la verdadera voluntad de paz y si le han hablado
con la verdad al país y al mundo.
Redacción Revista Oro Oro